No sabemos su nombre. Mucho menos su apellido... Lo que sí sabemos es que se trata de "La kiosquera de Trulalá". Mujer templada y paciente como pocas, a la hora de esperar al cliente. Según nos enteramos, conforme los códigos de los estatutos que rigen actualmente en Trulalá, el Comisario le hizo sacar ese cartel que sugería "FUMAR CANITO"...

También se dice que la kiosquera de Trulalá perdió a uno de sus mejores clientes: ¡PUCHO! Los motivos fueron dos: 1) Dejó de ir al kiosco por miedo de que le hicieran pagar las roturas que provocó su primo "Kéchum" - 2) Como podemos ver en las anteriores imágenes, el "profe" le prohibió que fume... ¡Y muchos menos "CANITO"! Hasta la próxima. Hijituslogía, hoy desde Mar del Plata.