
En esta sección de Hijituslogia llamada "Los Siete Pecados Capitales en Las Aventuras de Hijitus", ya ha pasado el turno de LA ENVIDIA y LA SOBERBIA (teniendo como protagonista excluyente a EL GRAN NEURUS)... Pero ahora ha llegado el momento de encontrar a los máximos exponentes de LA LUJURIA, que sin dudas existen y son PUCHO y GUTIÉRREZ...
Pero de los dos, nos quedamos con Puchito (sin embargo quien quiera conocer a Gutiérrez en este rol de "picaflor" no tiene más que hacer "clic" sobre su retrato)...




Golpean la puerta del laboratorio y Pucho cumple con la orden de su "amo y maestro" encontrándose con la visita de una dama encantadora...



La señorita trae un "misterioso sobre" para el Profe, pero a Pucho eso le importa poco y nada, queda como atontado ante la belleza de la chica, casi sin palabras...



Pero lamentablemente, cuando comienza a desplegar su repertorio de "piropos matadores", es Neurus quien casi "lo mata" de un escobazo por la cabeza (sin dudas Neurus además de soberbio y envidioso, tiene un toque de misoginia en su personalidad... ¿Alguien lo duda?).











Algunos años después de aquel episodio con una de "las chicas" de La Marquesa Mara, se aparece una extraña dama (que a diferencia de aquella chica de "pimpollito" no tiene nada). Pucho, ni lerdo ni perezoso, "afila el diente" para dar un nuevo mordisco...


La "dama" no parece ser muy condescendiente que digamos y le propina un buen cross de izquierda al mentón para que no siga con sus intentos de seducción... ¡Hijitus, siempre atento a todo, aparece en escena!

Hummm, parece que hay gato encerrado... Hijitus duda cuando Pucho le dice "señora"...


¡Confirmado! Se trataba nada más ni nada menos que de "CORTITO", un peligroso delincuente amigo del Pofre de toda la vida disfrazado de mujer... ¡Pero aquí lo que importa es que Puchín estaba dispuesto a...! En fin, a buenos entendedores pocas palabras... ¡Pero hay más! Esto no puede quedar así. A todos los mal pensados les decimos que Pucho logró cautivar el corazón de una "señorita" muy especial...
¡Tenemos prohibido contar esta historia! jajaja... Pero cuando la "autoridá" de Trulalá lo permita, aquí estaremos para hacerlo con lujo de detalles...
¡Grande Puchito! ¡Pa' que aprendan los muchachos del arrabal!
Hijituslogía, desde Villa Gesell.