Un poco de respeto...
Ya lo dijo alguna vez: "¡La gorra es como una madre para mí!"
Puchito y su gorra... En estos tiempos donde los pibes usan gorrita y no se la sacan ni para dormir, es bueno recordar bajo que circunstancias, nuestro querido amigo la "despega" de su cabeza. Aquí lo vemos temeroso, respondiéndole humildemente al Profesor Neurus una pregunta "peligrosa" (más datos hacé "clic" sobre la imagen)...
La gorra también puede volar por el aire ante alguna "agresión" sorpresiva de parte de su "amo y maestro"...
Una circunstancia especial, como ésta que es histórica y muestra a Puchito conociendo en persona a su verdadero "maestro" Don Aníbal "Pichuco" Troilo, sacándosela para que el maestro le estampe un autógrafo. Pero Puchito tiene en claro algunas normas de educación y aquí le transmite una a su amigo Serrucho...
Ante un "anuncio" consternante del "Profe" (se auto -eliminaría), Puchito compungido toma la gorra entre sus manos como una señal de respeto...
De reojo puede ver como Serrucho, imperturbable, se mantiene frente a la presencia del "excelentísimo", en un momento crucial, con la gorra puesta...
Le da un buen zamarreo para hacerlo entrar en razón, porque ante la tragedia la gorra no puede estar cubriendo la cabeza, según la educación que su viejo le dio en el pobre arrabal donde nació...
¡Sacate la gorra, mal educado! - parecía decirle con su mirada... Serrucho comprende su error y el resto es otra historia que merece ser vista... HIJITUSLOGÍA desde Villa Gesell.
Ya lo dijo alguna vez: "¡La gorra es como una madre para mí!"
La gorra también puede volar por el aire ante alguna "agresión" sorpresiva de parte de su "amo y maestro"...
Una circunstancia especial, como ésta que es histórica y muestra a Puchito conociendo en persona a su verdadero "maestro" Don Aníbal "Pichuco" Troilo, sacándosela para que el maestro le estampe un autógrafo. Pero Puchito tiene en claro algunas normas de educación y aquí le transmite una a su amigo Serrucho...
Ante un "anuncio" consternante del "Profe" (se auto -eliminaría), Puchito compungido toma la gorra entre sus manos como una señal de respeto...
De reojo puede ver como Serrucho, imperturbable, se mantiene frente a la presencia del "excelentísimo", en un momento crucial, con la gorra puesta...
Le da un buen zamarreo para hacerlo entrar en razón, porque ante la tragedia la gorra no puede estar cubriendo la cabeza, según la educación que su viejo le dio en el pobre arrabal donde nació...
¡Sacate la gorra, mal educado! - parecía decirle con su mirada... Serrucho comprende su error y el resto es otra historia que merece ser vista... HIJITUSLOGÍA desde Villa Gesell.
